Todos sabemos que beber agua es fundamental para la salud, pero muchas veces olvidamos lo crucial que es la hidratación durante el ejercicio físico. Ya sea que estés corriendo, levantando pesas, haciendo yoga o simplemente caminando a paso ligero, mantenerte hidratado no solo mejora tu rendimiento, sino que previene problemas de salud como los calambres, el mareo o incluso un golpe de calor.
¿Por qué es tan importante la hidratación durante el ejercicio?
Cuando hacemos ejercicio, nuestro cuerpo pierde líquidos a través del sudor. Y en ese sudor no solo se va agua, sino también electrolitos como sodio, potasio y magnesio, fundamentales para el funcionamiento muscular y del sistema nervioso.
Consecuencias de una mala hidratación
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Fatiga prematura
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Calambres musculares
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Mareos o confusión
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Disminución del rendimiento
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Riesgo de golpe de calor o desmayos
Desde los primeros minutos de actividad, si no te hidratas correctamente, tu flujo sanguíneo disminuye, tus músculos reciben menos oxígeno y nutrientes, y el cansancio aparece más rápido.
¿Cuánta agua debemos beber al hacer ejercicio?
La cantidad ideal de agua depende de varios factores: la intensidad del entrenamiento, la duración, el clima y las características individuales de cada persona. Sin embargo, existen algunas pautas generales que puedes seguir:
Recomendaciones básicas de hidratación:
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Antes del entrenamiento:
Beber unos 500 ml de agua aproximadamente 2 horas antes. -
Durante el ejercicio:
Consumir entre 150 y 250 ml cada 20 minutos. Mejor si bebes en pequeños sorbos. -
Después del ejercicio:
Rehidratarse poco a poco y reponer los líquidos perdidos, especialmente si has sudado mucho.
Consejo práctico:
Evita beber grandes cantidades de golpe, ya que puede provocar una sensación de pesadez que afectará tu rendimiento.
¿Agua o bebidas energéticas?
Es común ver a personas tomando bebidas deportivas o energéticas durante sus entrenamientos. ¿Son necesarias? Depende del tipo de ejercicio.
¿Cuándo optar por bebidas isotónicas?
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Entrenamientos de larga duración (más de 1 hora)
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Ejercicios de alta intensidad
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Actividad física en climas calurosos o húmedos
Estas bebidas pueden ser útiles porque ayudan a reponer agua, electrolitos y algo de energía. Pero deben tomarse con moderación.
Precauciones:
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Muchas bebidas energéticas contienen azúcares y cafeína en exceso.
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No son recomendables para entrenamientos cortos o moderados.
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Evita bebidas con alcohol o cafeína, ya que son diuréticas y pueden aumentar la deshidratación.
Hidratación en la vida diaria: más allá del entrenamiento
Si consumes con frecuencia café, té con cafeína o alcohol, recuerda que estos contribuyen a la pérdida de líquidos. En ese caso, tu necesidad de agua será mayor que la recomendación estándar.
Escucha a tu cuerpo, no esperes a tener sed para beber agua. La sed ya es una señal de deshidratación leve.
Conclusión: cuida tu hidratación para cuidar tu salud
La hidratación es un factor decisivo en tu rendimiento físico, tu recuperación y tu bienestar general. Beber agua de forma consciente antes, durante y después del ejercicio te ayudará a sentirte con más energía, a rendir mejor y a reducir el riesgo de problemas derivados de la deshidratación.
Recuerda: hidratarse no es solo una recomendación, es parte del entrenamiento.