Son innumerables los estudios, artículos y noticias que existen a cerca de las consecuencias que está teniendo la revolución tecnológica sobre nuestros hábitos de vida y nuestra salud.
Y la realidad es que es mucho más fácil quedarse sentado delante del móvil, la televisión o cualquier otro aparato y disfrutar las múltiples ventajas en ocio que nos ofrece. Pero lo cierto es que seguimos siendo organismos que necesitan el aporte de algo más que nos entretenga visualmente hablando.
¿MOVERSE EN BUENO PARA NUESTRA SALUD?
El movimiento es algo crucial en nuestras vidas, muchos podrían decir que lo llevamos impreso en nuestro ADN por nuestros antepasados cazadores-recolectores y la historia de la humanidad donde se refleja el ansia de conocer más y de descubrir nuevos mundos. Todo eso solo se puede lograr a través del movimiento y, sin embargo, la globalización y la instantaneidad están logrando que dejemos de lado el esfuerzo físico que siempre nos ha acompañado.
BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA
Existen gran cantidad y variedad de beneficios que aporta la actividad física para nuestra salud, desde que se es un niño hasta que se alcanza la vejez. Entre algunos de los ejemplos más destacables, podemos decir que hacer deporte de manera moderada ayuda a tener un menor riesgo de enfermedad cardíaca, hipertensión arterial, diabetes o de sufrir algunos tipos de cáncer. En la parte hormonal y psicológica, ayuda a la integración de las personas, produce felicidad, genera satisfacción personal, fuerza de voluntad y espíritu de superación.
Pero la forma en que el ejercicio físico afecta a cada persona de manera individual es el resultado de un conjunto de factores y de gran cantidad de interacciones entre estos. Y este conjunto lo podemos clasificar en factores fisiológicos y de desarrollo, factores ambientales y factores psicosociales y demográficos.
Los factores fisiológicos y de desarrollo se asocian a la maduración, la condición física o las limitaciones de nuestro cuerpo. Los ambientales hacen referencia al acceso a equipamientos para practicar la actividad deportiva o las condiciones meteorológicas del país donde vivimos y finalmente los psicosociales y demográficos se centran en características únicas de cada persona como el sexo, la edad, el género o la genética.
Todos estos factores interaccionando entre si determinan nuestra mayor o menor predisposición y posibilidad de hacer deporte.
Sin embargo, no todo se basa en factores o cosas que escapan a nuestro control, la capacidad de decidir qué es bueno para nosotros y qué podría ayudarnos a vivir una vida más plena y saludable tan solo depende de nosotros. Y por eso mismo no debemos olvidar que el deporte genera bienestar y ValenFit se compromete a ayudarte a tener una vida más sana y un cuerpo fit.
ESCRITO POR:
Estela Yago Rodrigo
Bibliografía
Márquez Rosa, S., & Garatachea Vallejo, N. (2012). Tipos de investigación en el ámbito de la actividad física y la salud. Madrid: Editorial Díaz de Santos.
Márquez Rosa, S., & Garatachea Vallejo, N. (2009). Actividad física y salud. Madrid: Editorial Díaz de Santos S.A.
Medina Jiménez, E. (2003). Actividad física y salud integral. Barcelona: Paidotribo.
Pérez Samaniego, V.; Devis Devis, J. (2003). La promoción de la actividad física relacionada con la salud. La perspectiva de proceso y resultado. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, 69-74.