El entrenamiento dirigido es uno de los ejemplos mas representativos de la nueva realidad existente en el mundo laboral; la necesidad de que los profesionales combinen conocimientos técnicos con habilidades interpersonales y emocionales para así ofrecer a los clientes un servicio único e individual.
De ahí que la definición de entrenador personal sea tan amplia, pero en general se puede considerar a un entrenador personal como aquel que profesional cualificado para entrenar e instruir a clientes, normalmente en una situación de tú a tú, en una actividad física segura y apropiada que permita conseguir los objetivos personales y de salud de los clientes.
¿DE DÓNDE VIENE EL ENTRENAMIENTO DIRIGIDO?
Pero el origen del entrenamiento personal o del entrenamiento dirigido se localiza en Estados Unidos alrededor de los años 50 con la intención de algunas personas de sobresalir en el deporte que realizaban. De esta manera, los entrenadores personales comenzaron a ser demandados y sus capacidades y formación se aplicaron en el ámbito de la salud y del bienestar físico.
El trabajo de un entrenador personal va desde evaluar la condición física de la persona, pasando por la elaboración de un programa adaptado y hasta el seguimiento y adaptación de los ejercicios que resulten menos efectivos.
Sin embargo, debido a que esta modalidad de entrenamiento es relativamente reciente existen pocos estudios cuyo objetivo sea la medición de los efectos que tienen los entrenadores personales en el rendimiento y el desempeño de actividades deportivas de las personas.
EL ENTRENAMIENTO PERSONAL MARCA LA DIFERENCIA
Aun así, los pocos estudios realizados sobre el impacto de un entrenador personal en la actividad física de las personas han demostrado que existe una mejora significativa de su rendimiento y desempeño en diferentes aspectos como por ejemplo en el incremento de la fuerza en entrenamientos de fuerza. También existen evidencias de que los entrenadores personales y los programas personalizados con los que proveen a quienes entrenan son elementos que pueden promover cambios significativos en el comportamiento a largo plazo y que influyen positivamente en la motivación para realizar más ejercicio de manera autónoma y conseguir una mayor satisfacción personal.
Así, un entrenador personal y un entrenamiento dirigido pueden mejorar la eficiencia y delimitar de manera más precisa los ejercicios realizados para poder conseguir los objetivos que nos proponemos de manera más adecuada y con la seguridad de contar con un profesional a nuestro lado.
ESCRITO POR:
Estela Yago
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