La participación de jóvenes y niños en un entrenamiento de fuerza ha ido aumentando progresivamente en los últimos años, existiendo preocupación por encontrar la edad y tiempo óptimo de entrenamiento.
Conceptos metodológicos del entrenamiento de fuerza en jóvenes
El término juventud se refiere a los niños (etapas 1 y 2 de maduración sexual de Tanner (Temboury Molina, 2009), aproximadamente hasta los 11 años en chicas y 13 años en chicos) y adolescencia (etapas 3 y 4 de maduración de Tanner; aproximadamente de los 12 a los 18 en chicas y de los 14 a los 18 en chicos). El termino preadolescente se refiere a chicos y chicas que no todavía no han desarrollado características sexuales secundarias.
Tenemos que definir al crecimiento como un cambio cuantificable en la composición corporal. Del mismo modo que la maduración es altamente variable en el tiempo de la persona.
La edad de entrenamiento es aquel concepto que se refiere al número de años que cualquier individuo ha estado involucrado en algún tipo de entrenamiento de manera supervisada y estructurada (Lloyd et al., 2014).
Beneficios
La inactividad física es el cuarto riesgo global de mortalidad para enfermedades crónicas reconocida por la OMS.
Programas que mejoran la fuerza muscular y el rendimiento en movimientos fundamentales tempranos construyen las bases para un estilo de vida saludable en los siguientes años (Stodden et al., 2009).
Desde una perspectiva de salud pública
Hay algunos miedos y desinformación sobre que el entrenamiento de fuerza en jóvenes. Podría ser dañino para el desarrollo del esqueleto y han sido remplazados por informes que indican que la niñez podría ser el tiempo oportuno para construir masa ósea y mejorar la estructura ósea, participando en programas de fuerza (Vicente-Rodriguez, 2006).
(A D Faigenbaum & Myer, 2010) sugiere que los adolescentes que incorporan entrenamientos de fuerza en su desarrollo físico sufren menos lesiones y se recuperan mejor de ellas con menos tiempo destinado a rehabilitación. Esto en comparación con los compañeros de equipo que no participan en programas similares de fuerza.
Esto es debido a que las acciones comunes de los deportes como saltar y aterrizar pueden exponer a los individuos a fuerzas de reacción contra el suelo de hasta 5-7 veces su peso corporal. Son mucho mayores que las fuerzas experimentadas durante un entrenamiento de fuerza en jóvenes.
Los deportistas jóvenes deberían atreverse a participar y apreciar el valor de la preparación física des de todas sus facetas. Incluyendo programas de fuerza que focalizan la mejorar de los déficits de fuerza y habilidad motora para mejorar la fuerza entorno a las articulaciones (Lloyd et al., 2014).
Diseño de programas de entrenamiento de fuerza en jóvenes
Las nuevas tendencias de entrenamiento no tienen tanto en cuenta la edad con la que empezar, sino la preparación que tiene ese joven atleta y su experiencia practicando AF. Una preparación insuficiente puede ser la consecuencia de padecer mayor riesgo de lesión en el futuro (G. D. Myer et al., 2011).
La edad cronológica ha sido históricamente utilizada para la agrupación en la participación de los deportes de equipo, pero está claro que la maduración tiene diferencias entre sujetos en el tamaño corporal y las habilidades motoras. Estas diferencias de evolución madurativa pueden resultar contenciosas en la programación de entrenamiento de fuerza en jóvenes.
Programas de Entrenamiento Neuromusculares Integrativos (INT en inglés)
Son aquellos que incorporan: ejercicios generales (movimientos fundamentales y actividades específicas de condicionamiento y fuerza. Ejercicios para mejorar el déficit en el control motor). Estos incluyen entrenamiento de fuerza en jóvenes, ejercicios equilibrio dinámico, core, polimetría y entrenamiento de agilidad que son especialmente diseñados para la mejora de la salud y habilidades relacionadas con las componentes de la capacidad física.
INT está diseñado para ayudar a los jóvenes en las Habilidades Motoras Fundamentales en mejorar la mecánica de los movimientos y ganar confianza en sus habilidades físicas mientras participan en programas variados, progresivos y con recuperaciones apropiadas (G. Myer et al., 2011).
Los jóvenes que han empezado el INT a temprana edad tendrán una edad de entrenamiento mayor en relación con los jóvenes de su edad que han empezado a entrenar más tarde.
No hay ninguna evidencia que indique un mínimo de edad para participar en programas de INT. Siendo conscientes de estar de acuerdo en que si los participantes son capaces de seguir las instrucciones del entrenamiento, están preparados, del mismo modo que se recomienda que un jugador joven tenga una participación variada de practicas deportivas para mejorar sus habilidades motoras (LaPrade et al., 2016).
Ejemplo de sesión
Realizar una programación adecuada a los cambios hormonales que suceden en la etapa del crecimiento, podrá provocar un desarrollo y unas adaptaciones en el sistema neuromuscular.
Los típicos ejercicios de entrenamiento de fuerza pueden ser usados para mejorar la fuerza y potencia en edades tempranas, de forma segura y efectiva. Conservando los principios propuestos por (Avery D. Faigenbaum & McFarland, 2016):
Principio de:
- Progresión
- Regularidad
- Creatividad
- Socialización
- Sobrecarga
- Supervisión
- Disfrute
Referencias bibliográficas
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