Nuestro cuerpo es un organismo complejo donde ocurren miles de reacciones químicas y biológicas a diario. Pero, para que esto pueda suceder, necesitamos el aporte externo de nutrientes a través del cual obtener glucosa, el elemento que dota de energía a nuestras células. Entonces, ¿qué pasa con el ejercicio en ayunas?
¿Y SI ESTAMOS EN AYUNAS?
Cuando nos encontramos en una situación de ayuno, nuestras células no pueden obtener la energía de la glucosa que contienen los alimentos, por lo que utilizan otros mecanismos. El mecanismo utilizado depende de la duración del ayuno, pero el resultado principal es que la extracción de la energía que necesita nuestro organismo se hace a partir otros tejidos, como el tejido adiposo o graso.
De esta manera, el ayuno durante un tiempo prudencial puede llevar a la reducción del tejido graso. Sin embargo, nuestro cuerpo tiende a adaptarse con el objetivo de sobrevivir, por lo que el consumo de energía también se reduce y con ello la eliminación de grasas.
Por su parte, el entrenamiento en ayunas busca aprovechar esta utilización del tejido adiposo como fuente de energía para reducir la grasa corporal, lo que permite a los deportistas conseguir unas condiciones físicas óptimas tanto a nivel muscular como metabólico.
¿QUÉ DICEN LOS ESTUDIOS?
Diversos estudios han demostrado que al hacer ejercicio en ayunas la mayor parte de la energía se obtiene del tejido adiposo, pero ¿Cuál es la mejor forma de aprovechar y potenciar este consumo de grasas? Es lógico pensar que haciendo ejercicios de alta intensidad se debería de consumir más, ¡Pero no! De hecho, se ha demostrado que los entrenamientos aeróbicos en ayunas son más efectivos cuando son de baja intensidad. Y para los deportistas de élite, se recomienda limitar el ejercicio en ayunas a los periodos previos a la temporada, para evitar perjudicar la carga de entrenamiento. Es decir, para evitar que nuestro cuerpo tenga que hacer un sobreesfuerzo físico para poder estar a la altura de los entrenamientos rutinarios.
Pero a pesar de la ventaja que conlleva entrenar en ayunas en cuanto a la reducción de grasa corporal, en la actualidad no se ha podido demostrar que hacer ejercicio aeróbico en ayunas sea la mejor manera de optimizar el control metabólico y la proporción músculo-grasa de nuestro cuerpo.
NO TODOS LOS CUERPOS FUNCIONAN IGUAL
Por otra parte, debemos tener cuidado con intentar llevar a cabo entrenamientos en ayunas, ya que cada persona es diferente y lo que alguien puede hacer con facilidad para otra persona puede suponer un sobreesfuerzo.
Lo más importante es conocer tus propios límites y no forzar a tu cuerpo. Existen muchos otros métodos que nos pueden ayudar a obtener nuestros objetivos.
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ESCRITO POR:
Estela Yago Rodrigo
BIBLIOGRAFÍA
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